Volar

Extendió los brazos, respiró profundo y se elevó hacia un cielo azul claro, sin una nube que manchara el color límpido y suave. Sintió como flotaba en el aire. Oyó que un pajarito de raro trinar lo perseguía. Miró hacia su mano izquierda y se dio cuenta que era la alarma de su reloj, que le recordaba la reunión que tenía en media hora.

Cerró nuevamente los ojos y se concentró en su vuelo disfrutando de la serenidad que lo envolvía. Escuchó unas voces que se iban acercando poco a poco y pensó que sería bueno volar acompañado por otros seres que compartieran su paz. Cuando las voces se fueron acercando, se dio cuenta que era una pareja que iba discutiendo por la calle. Intentó ignorarlas y pensó lo que se estaban perdiendo por no elevarse junto a él. Siguió disfrutando de la paz.

Una sirena de bomberos casi hace que perdiera el equilibrio. Logró dominarse cuando el sonido fue perdiéndose a lo lejos.

Sintió un fuerte golpe y una voz le decía que se apurara, que ya era tarde.

Definitivamente… la meditación no era lo suyo.