A veces…

 

A veces… dejo de ser yo.
Y me evado… y me escondo,
me refugio en laberintos,
de los cuales ya no quedan
más que muros destruidos.

A veces… me olvido de ser yo.
Y me atengo a los dictámenes
que me imponen, que me obligan
a vivir una vida diferente,
y aparcar mi barco en otra orilla.

A veces… me rebelo de mi yo.
Y discuto y me peleo
y disiento de sus formas,
de mirar la vida con el alma
y de crear sus propias normas.

A veces… mi orgullo de ser yo,
con mis reglas, con mis leyes,
el mirarlo todo con mis ojos,
esos ojos de niña que no crece
y construye el mundo a sus antojos.

A veces… soy todas y soy una,
pero fiel a mis instintos primitivos
de creer, de soñar y de confiar,
de sentir un mundo diferente
convencida que todo va a cambiar.

A veces… muchas veces
me pregunto los por qué de la existencia,
y respondo “porque si”,
la vida es aventura y desafío,
jamás bajar los brazos… desistir.