Un paseo a la luz de la luna

 

La cálida noche era perfecta para la pasión de los amantes. El ruido de las olas sonaba como música perfecta, el movimiento del barco invitaba a bailar muy juntos con un ritmo sensual. La brisa susurraba en sus oídos y se entremezclaba con la voz cálida de Juan, que suavemente le decía: "Leonor, ve a traerme otro whisky"

Se miraban a los ojos, sus manos entrelazadas se soltaban para acariciar sus cuerpos anhelantes. Después de un tiempo disfrutando de ese preludio pasional lo miró fijamente, su dedo índice delineó suavemente sus labios y con una voz profunda, insinuante, le dijo: "Juan, no hay mas whisky"

La elevó en sus brazos, Leonor cerró sus ojos y se dejó llevar. Imaginaba los momentos que se aproximaban, ya los disfrutaba en su mente, y se dejó caer en ese soñar sin oponer resistencia.

Su respiración entrecortada.... sus jadeos cada vez mas agitados... los movimientos que habían comenzado suavemente, se iban volviendo más y más frenéticos.... cuando sintió que su resistencia llegaba al límite, su boca entreabierta dejó escapar un grito.....

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“...JUAAAAAN, TIRAME EL SALVAVIDAS Y SUBIME AL BARCOOOO!!!!!!”