lunes, 6 de septiembre de 2010

Un hermoso y largo camino juntos

 

 

yami-mar 3

 

Yo no sé a quién fue el primero que se le ocurrió poner un corazón como símbolo del amor. Supongo que su corazón habrá latido tan fuerte que se olvidó de todo lo demás. Y por eso que alguien dijo que el amor es ciego, se le olvidó mirar el resto de las cosas que permiten que el amor permanezca durante mucho tiempo.

Definitivamente el símbolo del amor debería ser una balanza, para que todo esté equilibrado.

Dar y recibir. Aceptar y ser aceptado. Comprender y ser comprendido. Respetar y ser respetado. Cuidarse mutuamente. Cuando no hay un equilibrio, la balanza comienza a inclinarse y se corre el riesgo de que el amor empiece a caer por los costados, poco a poco y sin que nos demos cuenta.

Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar”, dijo Deepak Chopra. Dar es algo hermoso, más cuando se trata de la persona que amamos. Pero hasta un manantial necesita recibir agua de alguna parte para no secarse. Y a diferencia del manantial, nosotros podemos pedir lo que sentimos que nos está faltando. Puede ser un abrazo, una palabra de aliento o simplemente una flor (diamantes y cruceros no entran en esta categoría). A veces, las preocupaciones y ocupaciones nos distraen de las cosas verdaderamente importantes. Por eso, no dudes en pedir ese abrazo que estas necesitando en determinado momento o pedir que te diga que linda te queda la camisa nueva, a veces es necesario llamar la atención distraída.

Todas las personas somos diferentes, por cuestiones sociales, culturales y hereditarias. Aceptar al otro y lograr ser aceptado con esas diferencias no es tarea fácil. Los seres humanos tenemos, no sé si por costumbre o por vocación, la tendencia a querer cambiar a los demás. La Licenciada Claudia Blanco Carignan dice que “Aceptar no significa aprobar lo que el otro dice o hace, simplemente es escucharle con respeto, sabiendo que, a final de cuentas, el otro es libre y responsable de su vida”. Aún cuando esa vida sea compartida, cada ser sigue siendo un individuo, con sus propias creencias y verdades, a veces muy diferentes a las nuestras. Lo importante es saber compartir esas diferencias, y enriquecerse con ellas en vez de querer cambiarlas.

Comprender al otro es una tarea más difícil todavía que la de aceptarse. Porque uno puede aceptar un pensamiento diferente, pero comprenderlo ya es tarea de sabios. Pero como de sabios y locos todos tenemos un poco, es cuestión de ponerle voluntad y tratar de entender cuáles son las causas y circunstancias que hacen que la otra persona piense de determinada manera. Este es un ejercicio que nos beneficia como personas y como parejas. Porque mientras estamos pensando “como cuernos puede pensar eso” evitamos una discusión, casi siempre estéril, que nos quita un tiempo precioso que podemos aprovechar para dar ese abrazo que NO nos han pedido.

Lucho por lo que amo, amo lo que respeto…”, no sé en qué contexto lo habrá dicho el autor de esta frase, viniendo de quien viene, pero como siempre digo me encantan las cosas que me dejan pensando. No se puede amar lo que no se respeta, ni se puede luchar por lo que no se ama. El amor y el respeto deben ir de la mano, para que cuando el camino se haga difícil puedan luchar juntos para atravesar cualquier obstáculo. Y acá es cuando la aceptación y la comprensión juegan el papel más importante. Aceptar, comprender y respetar, ni fácil ni imposible.

Cuidar al otro no significa absorberlo o invalidarlo. Dejarse cuidar no quiere decir que perdamos nuestra independencia. Todo en su justa medida. Si le ponemos mucha azúcar a un postre quedará empalagoso, si le falta se volverá desabrido. Pero en su justa medida hará que queramos saborearlo cada día y desearemos que nunca se termine. Y así como cada individuo es una persona única, con sus manías y costumbres, cuando decidimos formar una pareja debemos dejar el egoísmo de lado. Encontrar un punto medio entre lo que uno desea y el otro no. Complacer no significa volverse esclavo. Ser complacidos no nos vuelve amo de nadie.

La comunicación constante, la sinceridad ante todo y… podría seguir escribiendo toda una vida sobre el tema, pero para no extenderme les dejo una frase de Honoré de Balzac: “Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso”. Dicen que el amor es el sentimiento más fuerte, pero a su vez es el más frágil. Contradictorio y atrayente. Así como puede soportar grandes tormentas, también puede quebrarse ante la brisa más leve. Por eso hay que cuidarlo, protegerlo y defenderlo cada día, para que ese “largo y hermoso camino juntos” sea una hermosa realidad.

Yami, Marcos, un amor grande entre dos personas hace sentirse más enamorado a aquel que tiene alguien a su lado, y devuelve las ilusiones a aquellos que no lo tienen. Les deseo una larga y hermosa felicidad, equilibrada y compartida!!

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