viernes, 28 de agosto de 2009

Sábados literarios: Algo sobre mi blog.

 

Hoy decidí subirme nuevamente al bus de los sábados literarios de Mercedes (gracias Gustavo por hacerme acordar). Lo había hecho un par de veces antes y es algo interesante recorrer los distintos blogs cuyas entradas hablan de lo mismo pero de forma tan diferente. Cada casa es un mundo y cada pensamiento un universo por descubrir.

alfred[1]

Abrí mi primer blog el 2 de agosto del 2mil7, allá por Spaces. La intención era crear un espacio con humor para reírme de las cosas cotidianas que la gente se toma tan gravemente. Pero el humor es algo que respeto mucho, no es fácil hacer reír y se debe tomar seriamente. Esta contradicción fue la primera traba que encontré. ¿Cómo hacer reír con seriedad? A otro tema...

Decidí dedicarme a las reflexiones. Como no soy buena explicando las cosas oralmente y no logro que la gente me entienda, era mi oportunidad de volcar mis pensamientos sin que nadie me mirara feo o cambiaran de tema, ya que si cerraban la ventana sin terminar de leerme yo no me enteraría.

Después me fui animando, escribí poemas, cuentos y las anécdotas de las cosas cotidianas que me iban pasando. Y cuando quise darme cuenta tenía un blog armado, con muchas letras y amistades hermosísimas. “Algunos de ellos me conocen, otros no, pero igual me abren las puertas de su pequeño mundo y me permiten tomar un mate o un café junto a ellos, mientras me cuentan sus confidencias, me leen sus poemas o me hacen reír con sus locos escritos.” (Recorriendo el mundo, 28-8-07)

El 4 de diciembre del 2mil8 me mudé a Blogspot, cansada de los cambios de Space. Pero antes de decidirme me recorrí todas las plataformas que encontré, para donde miren estoy yo: MySpace, BlogClarín, Sónico, Wordpress, Obolog, Neositios, La coctelera, algunos que no me acuerdo y otros que no me aceptaron. No escribo en ninguno, pero están ahí por si las moscas.

Fue un buen cambio, sigo visitando mis amigos de aquel barrio y encontré gente espectacular en este. Eso sí, reconozco que últimamente estoy bastante vaga, ni escribo ni visito, pero eso se debe a un proceso interno de mi mente que ya se aclarará y un problema de mi PC que se apaga cuando se cansa.

El 19 de febrero escribí una entrada que se llama “¿Cuál es el sentido del blog?” Y esta es la conclusión a la que llegué:

El sentido de mi blog es tener un lugar donde sentirme cómoda y lograr que los amigos que me visitan puedan sentir esa misma comodidad. Un espacio para tomar un café, reflexionar y compartir momentos de nuestra vida, con confianza, con cariño y mucha amistad. Es la casita que sirve para reunirme con los amigos que tengo lejos físicamente, pero muy cerca del corazón”.

Bus literario

viernes, 21 de agosto de 2009

En Falabella y sin GPS

 

perdido2

Ayer fui hasta el centro a buscar los lentes nuevos. Muy valiente yo fui sola, porque el Carde tenía que trabajar. Llegué bien, porque en esta ciudad es imposible perderse, sus calles y numeraciones son tan prolijas que parece construida por un matemático. Salí de la óptica y al pasar por Falabella me dije “Hace cuatro meses que estoy acá y todavía no pude entrar a recorrerla tranquila

Y entré, decidida a mirar cada rincón de todos los pisos.

Comencemos por la planta baja, ropa de mujer. Pero me encontré con tanto trapo y tanta vieja dando vuelta que me agoté a la tercera percha. Sigamos al primer piso... escaleras? Bueno... sigamos mirando ropa como si me interesara hasta que vea las escaleras. Mis ojos se iluminaron como si hubieran visto una oferta cuando las descubrí en un rincón.

No es que las escaleras mecánicas me agraden mucho, pero estaba tan cansada que fueron una bendición. Además no daba para seguir buscando una escalera tracción a sangre, seguro que terminaba en el depósito. Primer piso: ropa de hombre... seguí hasta el segundo piso... ropa de chicos... y me dije “si hice 2 hago 3”, y subí al tercer piso que me dijo mi hijo que están los muebles y el patio de comida. Eso me gusta!! Los muebles y la comida.

Al llegar algo me llamó la atención. Hasta el momento había visto todas escaleras que subían pero ninguna que bajara. Mi cerebro evaluó rápidamente la situación. Yo suelo subir los escalones de las escaleras mecánicas mientras van andando, ya que no tengo paciencia para quedarme parada hasta que llega arriba, pero nunca intenté bajar por una escalera que subiera. Y pensé “mis días terminarán aquí intentando bajar?” Era una pesadilla al mejor estilo Hitchcock. Pero muy valiente yo, me dije, “ya estas arriba, primero mirá todo y después buscas como bajar, disfrutá el momento”.

Los muebles una belleza. Me puse a mirar mesas, mesitas, estanterías, sillones, mas mesitas, un viejo tomando café... uh! ya estaba en el patio de comidas. Pegué la vuelta y me dije que ya era hora de irme. Vi un cartel que decía "SALIDA", mi salvación!!! Hacia allí me dirigí con cara de superada. Cuando llegué me encontré con un ascensor y una señora con un bebe. "Bueno" me dije "bajo con la señora hasta el piso que baje" ya que no podía subir más tenía que bajar obligadamente. No es que le tenga miedo a los ascensores ya que estoy acostumbrada, pero me causan menos gracias que las escaleras mecánicas.

En eso llegan un señor, una señora, un joven y no sé que mas..... todos parientes de la señora del bebé!!! No había lugar para mí. Disimuladamente di la vuelta y seguí mirando los muebles, teniendo especial cuidado de no terminar en la mesa del viejo que tomaba café. Mas estanterías, sillones, camas, un escritorio, una puerta... un depósito!! “Para el otro lado Sandra” dijo mi voz interior. Y allí, milagrosamente, entre dos columnas la vi, era ella, la escalera que bajaba!!! Y estaban todas en filita!! Segundo piso, primer piso, planta baja... subsuelo... y bue... ya que estoy acá voy a ver que hay, las cosas de bazar también me gustan.

Miré un par de cosas, me aburrí y me dirigí hacia la escalera. Si, ya las ubiqué. La gente que construyó el edificio las puso a todas en un rincón bien escondido para que gente como yo, despistada por naturaleza, terminara mirando la taza de café humeante de un viejo. Volví a planta baja y logré ver la luz del día por la puerta, pero “un momento! esa no es la puerta por la que yo entré!!” MI puerta estaba en una esquina!! Si salgo por ahí vaya a saber Dios donde voy a parar. Giré sobre mis talones y allí estaba, MI puerta, mi salvación para volver a casa!!!

Después de esto el Carde puede estar tranquilo, ya no le preguntaré mas “Cuando vamos a ir a Falabella?”

sandra (1)

viernes, 14 de agosto de 2009

Las dos caras de una historia similar

raton-inteligente

Mi hermana tiene dos perros. Sofía es una chihuahua pelo largo, diminuta y chillona. Gerónimo es un doberman, imponente y cargoso. Es obvio que en la casa no hay lugar para un gato, y todos sabemos que cuando el gato no está los ratones bailan. En este caso las lauchas.

Cansada de darle el trigo envenenado que venden en las forrajerías (yo misma comprobé alguna vez que eso rosa que le ponen más que veneno debe ser jalea de frutilla, ya que las lauchas quedan refelices después de comerlo) se compró una trampa para lauchas. Claro, como algo de sentimiento tiene no compró esas que las mata de un golpe en la nuca cuando el indefenso animalito se acerca a mordisquear el queso que se le pone para atraerlo. Compró de las otras que son como jaulitas, donde el roedor entra pero ya no puede salir. Y queda entre los barrotes cual inocente pidiendo justicia.

Cuando despertó en la mañana, la encontró. Yo imagino su carita, con sus bigotitos caídos ( la carita de la laucha, no de mi hermana!) viéndose privada de su libertad por el solo delito de carcomer los diarios, las maderas, meterse en la casa por la ventana, hacer ruidos extraños por la noche... y todas esas cosas que forman parte de la vida de los roedores.

Los que tenemos hermanos mayores sabemos que ellos son los superhéroes personales que nos regala la vida. Mi hermana siempre fue muy valiente, pero claro, a las 6.25 de la mañana, descalza, a medio vestir y apurada por tomar su café y salir hacia el trabajo, corrió a pedir ayuda a su marido que todavía estaba en la cama: “Alejandroooooooooo!!! (Exactamente así, con diez oes). Mi cuñado, que puede gozar de una hora más de sueño que ella, sin abrir los ojos y sin alterarse en lo más mínimo contestó: “Al mediodía vemos”. “Pero hoy viene Norma, se va a morir del susto”, replicó mi hermana. “Que se muera” recibió como respuesta lógica de un ser que aún está en los brazos de Morfeo y no tiene intención alguna de abandonar tan grato lugar.

Mi hermana, puede que no se apiade de una simple y vulgar laucha, pero sí se apiada de otro ser humano, al que además le debía la vida de Gerónimo ya que fue Norma la única que estaba en la casa el día que el atolondrado doberman se cayó en la piscina y no se daba cuenta cómo salir. Fue entonces que sin juicio previo le dio la sentencia de muerte, sin siquiera darle la gracia de un último deseo: un tiro con el rifle de aire comprimido.

Esto me trajo a la mente otra historia, la de mi hijo. Pero en este caso fue un acto de amor, no hacia el roedor, sino hacia su novia. El animalejo había entrado en su casa alterando el orden, haciendo estragos y a mi hijo le tocó ser el héroe salvador. “Esto de ser asesino a sangre fría en ayunas ante la mirada indefensa de un ser vivo es para reflexionar”, dejó como testimonio en su blog.

Los segundos antes del toque final son grabados en la memoria eterna de la víctima y del victimario, son segundos de reflexión que cargarán sobre ambos para siempre. El victimario buscará excusas, la víctima no, la víctima sólo será un alma en pena que jamás podrá volver a ver la luz del amanecer, saludar a su entorno diario, reír en una reunión, ver la mirada tierna de un hijo o desesperarse ante el miedo incomprensible de las personas hacia ellos”.

Las dos caras de una historia similar. Es cierto que son seres indefensos buscando un lugar en el mundo. Han convivido con los humanos desde siempre y lo seguirán haciendo. También es cierto que son bellísimas, con esos ojitos vivaces mirando todo con curiosidad. Pero también es verdad que destrozan todo lo que encuentran a su paso sin diferenciar lo que sirve y lo que no.

Cuando era chica mi papá me pidió que le ayudara a matar unas que se habían instalado en un caño, lo hizo con una olla de agua hirviendo. Desde ese día juré no matar una sola laucha en mi vida. Por eso, cuando invadieron el galponcito de la casa de mi mamá, adopté un gato. Ellos no tienen conciencia y yo me ahorraba la comida del felino. Hay diferentes métodos, como el golpe de mi hijo o el tiro de gracia de mi hermana, pero creo que el trofeo de originalidad se lo lleva mi tía Juanita, que pegó semejante alarido que la laucha dio un salto de un metro y cayó muerta al piso, supongo que fue un infarto, su familia nunca pidió una autopsia.

Ratoncito

domingo, 2 de agosto de 2009

Batman, mi vecino

batman (2)

Me gusta ir descubriendo cosas nuevas. Siempre que voy por ahí algo llama mi atención, alguna planta que no conocía, detalles en los balcones de los edificios,  algo novedoso en alguna vidriera... Esta ciudad tiene mucho por descubrir y todo es más grande que en Pergamino.

Allá tenemos un arroyo con una hermosa arboleda a sus costados, pero acá tenemos un río mucho más largo, ancho y profundo. Allá tenemos el Parque Municipal donde se reúnen las familias y los jóvenes cuando el clima invita a disfrutar del aire libre, pero acá tenemos el Parque Independencia que es inmenso, con laguna y todo. Allá tenemos un Carrefour y un par de supermercados más chicos, pero acá tenemos Carrefour, Coto, Jumbo... Allá lo que más se acerca a un superhéroe sería nuestro intendente Cachi, aunque se parece más al Chapulín Colorado que a Súperman, pero acá tenemos ni más ni menos  que... a Batman y Robin!!!

Si señor! Para envidia de muchos que han seguido sus historietas con sus famosos “Boof!” “Crash!” “Pam!” “Splatt!” y para envidia de muchas que han seguido sus películas con el solo afán de ver a Christian Bale o a Val Kilmer, tengo a Batman y Robin de vecinos.

Los descubrí una noche jugando a las escondidas frente a mi balcón. Primero me sorprendí, porque esa forma de volar tan particular no era de una paloma ni de un gorrión, menos a las 1 de la mañana que las aves decentes se dedican a dormir. Después de observarlos un rato me di cuenta que  no me habían visto, o les importaba poco que yo estuviera ahí, ya que pasaban casi rozándome la cabeza. Primero me aseguré que fuera Batman y no Drácula después de beber la sangre de un borracho, porque varias veces se chocó las ramas del árbol, y le hice una seña con mi mano llamándolo.

Después de las consabidas presentaciones, le pregunté a que se debía que contáramos con tan insigne personaje en nuestra ciudad. Dio un par de volteretas y sin dejar de sacudir sus alas me contó.

Ciudad Gótica ya no es lo que era en otros tiempos, con tantos piqueteros y manifestaciones ya no se puede ni caminar por las calles. Me clausuraron la baticueva porque no tenía salida de emergencia y el batimóvil tenía tantas multas de tránsito que al final se lo quedó la municipalidad para hacer campañas políticas

Pero Batman... y todos tus enemigos? Quien lucha ahora contra los malvados?

Callate! De que malvados me hablas? Gatúbela trabaja en un cabaret de Las Vegas y sale con un multimillonario, ya ni me llama por teléfono para saber cómo estoy. Acertijo consiguió laburo en un canal de televisión, lo contrataron para hacer un programa de preguntas y respuestas. Del Sr. Frío no supe mas nada cuando se comenzó a hablar del calentamiento global, la última vez que lo vi estaba llamando a Greenpeace para hacerse activista. Y El Pingüino, desde que la mujer ganó las elecciones está más insoportable que antes”.

Y los otros delincuentes? Qué pasó?

Consiguieron puesto en el Congreso y ahora viven en un country de Pilar

Y la Liga de la Justicia? Ya no formas parte de ella?

Están haciendo un reality show, pero yo no entré porque no me dejaban llevar a Robin...”

En eso llegó el Carde y comenzó a los gritos “Vení adentro!! Cuidado con Felipe!! Cerrá la ventana!! Vos no sabes que los murciélagos tienen rabia?

Y sí, claro que lo sé, yo también tendría mucha rabia en su lugar!!

Batman y Robin siguen viviendo en el árbol, frente a mi balcón. Algunas noches, cuando no hace mucho frío, salgo a saludarlos. Me gusta verlos revolotear felices y sin preocupaciones.

firma bat (2)